domingo, 13 de septiembre de 2009

Platillos Volantes


MUSE. The Resistance (2009).


Dentro de 2 días saldrá a la venta The Resistance, el temido y esperado quinto álbum de estudio de Muse. Durante la jornada del sábado, se pudo escuchar el disco íntegro desde la web de 20minutos.es, aunque ¡cómo no! el álbum ha sido ya filtrado en su totalidad por la red. En los foros de Muse se pueden leer todo tipo de comentarios de la gente que lo ha escuchado (yo diría que algunos sólo lo han "oído"), y como era de esperar, las opiniones no podían ser más contrapuestas.


Y es que el tema de la evolución musical de los grupos ha sido siempre materia de conflicto entre los fans. Es normal. Si un grupo decide introducir en su música elementos nuevos o directamente cambiar su sonido a otro diametralmente opuesto, no puede esperar que la reacción del público sea continuista. Estos casos suelen conllevar una ruptura con los fans primigenios, que se consideran traicionados por la banda, y también el fenómeno contrario: la llegada de un nuevo y entusiasta público que pasa a considerar a la banda como algo que siempre le ha pertenecido. Sirvan como ejemplo los casos de Radiohead, Silvechair o Korn, cada uno dentro de su estilo, claro.


En el caso que nos ocupa, el de Muse, parece que la evolución del grupo deja a mucha gente descontenta. Es el típico ejemplo de disco que descoloca al público acostumbrado a un sonido. Recordemos lo que sucedió con Radiohead y su Kid A, que horrorizó a unos y encandiló a otros.


Comencemos pues. Quienes esperen encontrar en The Resistance siquiera un ápice de las señas de identidad de los Muse de siempre, lo llevan mal. En este álbum desaparecen por completo las distorsiones saturadas, las melodías apocalípticas y el frikismo espacial. ¿Qué queda de Muse entonces? Poco o nada. De hecho, parece imposible creer que hablemos de un mismo grupo. Para empezar a entendernos, este disco esta dividido en tres tipos de sonido diferentes: pop, rock y sinfónico. Los tres primeros cortes del disco son puro pop. Muchos ven la sombra de Depeche Mode en Uprising. El segundo tema, Resistance, tiene un estribillo más rockero, pero su ritmo y su riff principal nos sumergen totalmente en el pop de los 80. Undisclosed Desires podría ser perfectamente una canción de Madonna o de Britney Spears. El sonido se torna sinfónico con la enorme United States of Eurasia y la bella pieza instrumental que le sigue: Collateral Damage. Vuelve el pop con Guiding Light fácilmente calificable de "pastelona". En Unnatural Selection encontramos un sonido rockero más parecido al de Black Holes & Revelations, es decir, potente pero pasado por el filtro de los nuevos Muse, sin aquellas distorsiones ultrasaturadas de Dead Star o Citizen Erased. El séptimo tema se llama MK Ultra y es uno de mis preferidos. Es sin duda el tema más rockero del disco y acaba con un riff que perfectamente podría ser de Absolution o de Origin of Symmetry. El octavo tema ,I Belong To You es rarísimo. Empieza Beatle, luego sigue con un ritmo a lo Evidence de Faith No More y aproximadamente a mitad de tema aparece una pieza ¡¡¡cantada en francés!!! llamada Mon Coeur S'ouvre A Toi, para acabar como empezó. Y con Exogenesis llega el sinfónico final del álbum. Esta inmaculada pieza esta dividida en tres cortes llamados Overture, Cross-Pollination y Redemption. Estos tres cortes constituyen los tres actos en que se divide esta pequeña Ópera: Un final enorme para un disco que no dejará a nadie indiferente.


Personalmente, confieso que hagan lo que hagan, no puedo romper con Muse. Adoro todos y cada uno de sus discos hasta la fecha y reconozco que si tuviera que elegir el que más me gusta, sería Origin of Symmetry o Absolution. Pero no comparto la opinión de quienes dan por muerta a la banda, pues creo que la evolución de Muse era inevitable. ¿Para cuánto más daba la fórmula de canciones de riffs tristones y superdistorsionados? Tres discos con esa fórmula ya eran demasiado. Seguramente no para los fans, pero sí para Matthew Bellamy, alma libre, posiblemente el mayor genio de la música alternativa del momento, alguien que ya no necesita demostrar nada a nadie y que no duda en explorar nuevos horizontes huyendo de todo lo que suene a estancamiento. Sólo él hace que la historia de Muse sea como una escalera hacia arriba en la que nunca se divisa el final.


Sea como fuere, es innegable que la banda crece a diario en popularidad hasta a unos niveles impensables hace unos años para muchos de nosotros. Así que me temo que, se lleve a cuantos fans se lleve por delante, esto ya es algo imparable. Seguro que habrá muchos que se bajen del tren de Muse en esta parada. Pero esto es lo que hay, guste o no guste. Como cantaban los Unaesta: La vida es una lenteja. O la tomas o la dejas.



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