sábado, 12 de junio de 2010

Platillos Volantes!


Wovenhand. The Threshingfloor (2010)

Desde luego hay tantas maneras de entender la música como estrellas en el firmamento. Y reconozco, que la que posée David Eugene Edwards, me cautivó al frente de 16 Horse Power y me sigue fascinando -más si cabe- a través de Wovenhand.

El genio de Colorado regresa con el quinto disco de estudio de Wovenhand para seguir tejiendo una discografía que se antoja tan imprescindible como inclasificable. The Threshingfloor constituye un album en equilibrio entre la electricidad de Ten Stones y la deliverada atmósfera ancestral de Mosaic, para muchos su mejor disco.

Como siempre, una instrumentación y unos arreglos exquisitos hacen las veces de lecho para la profunda voz de Edwards cuando desde la oscuridad lanza palabras que parecen pesar como auténticas losas.

Medieval, folk, post-punk o música nativo-americana son sólo algunos de los géneros que se abrazan en este disco que parece tener el elevado objetivo de hacernos volver la vista hacia lo esencial de la existencia, así como devolvernos el contacto con la naturaleza y la espiritualidad. Y que, al margen de interpretaciones subjetivas, está especialmente indicado para contemplar la inmensidad de nuestros paisajes interiores.


www.myspace.com/wovenhand

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