viernes, 18 de junio de 2010

Platillos Volantes! (II)


Black Rebel Motorcycle Club. Beat the Devil's Tatoo (2010)

Encontrar tu lugar en el mundo y saber ocuparlo debe de ser algo maravilloso. Imagino el momento en el que el cielo se despeja de nubarrones dejando que la luz lo ilumine todo con una fuerza inusitada y todas las piezas del inmenso puzzle de la vida encajan por fin a la perfección. Musicalmente hablando, este es el caso de Black Rebel Motorcycle Club.

El trío de San Francisco era un grupo desubicado, una banda californiana que sonaba como un grupito cool de Brixton, Londres. Y no les iba nada mal, la verdad. Pero un buen día, allá por 2005, encontraron su lugar en el mundo: se dieron cuenta de que no eran ingleses, sino americanos. Decidieron entonces bucear en las raíces y en el folklore musical de su país y el resultado fueron dos discazos sucesivos, Howl (folk, americana, country y gospel por los 4 costados) y Baby 81 (más eléctrico y rockero).

Ahora vuelven a la carga con su quinto album de estudio: Beat The Devil's Tattoo, sin duda su disco más maduro. Un nuevo trabajo en la línea de su predecesor Baby 81, pero mucho más rico en matices. En él parecen confluir todos los estilos de música por los que el grupo ha pasado hasta el momento. Su punto de americanismo diferencial está presente en canciones como la que abre el disco y le da nombre al mismo tiempo, o en la oscura River Styx. Pero el álbum no se queda ahí, sino que combina temas marca de la casa como Bad Blood, Evol o Shadow's Keeper, con temas lentos de atmósferas guitarreras estridentes, como Aya, War Machine o Half-State. El lado folk de estos chicos también está presente en Sweet Feeling y The Toll, que nos recuerdan al genial Howl. No podían faltar un par de temas “garajeros” como Conscience Killer y Mamma Taught Me Better, quizás el punto más flojo del disco. Y casi cerrando el set, está Long Way Down, una de mis canciones favoritas.

Lo cierto es que uno se pregunta como un álbum de trece canciones puede dar cabida a tanta heterogeneidad sin que eso convierta al grupo en una orquesta. Quizás ahí radique la grandeza de este trío, en conseguir que lo heterogéneo parezca homogéneo, algo al alcance de unos pocos elegidos.

Resumiendo, Beat The Devil's Tattoo es un disco recomendable al 200% para todos aquellos a los que les guste la buena música y tengan la sensibilidad necesaria para captar el talento. Si este es tu caso, escúchalo. Tus sentidos te lo agradecerán.


POR WINDIGO


www.myspace.com/blackrebelmotorcycleclub

No hay comentarios:

Publicar un comentario