viernes, 2 de julio de 2010

Platillos Volantes!


Korn. Korn III: Remeber Who You Are (2010)

Son tantas las cosas que podría decir sobre Korn (y casi siempre negativas) que necesitaría varias horas para decirlas todas y acabar enfadado. Así que en vez de eso voy a ceñirme a la sobriedad del guión.

Durante los últimos 12 años, escuchar un disco de Korn ha sido una tarea realmente dura. Lo digo con la experiencia que me confiere el haber escuchado todos sus trabajos hasta la fecha. Seamos serios, hay que tener verdaderas ganas o más moral que el Alcoyano para soportar discos tan infames e ignominiosos como Untouchables, Take a Look in the Mirror, See You on the Other Side y Untitled. Y creo que me estoy pasando de benevolente al no censurar también Follow the Leader e Issues.

Dicho todo esto, ¿qué sentido tiene que un tío de casi treinta octubres se ponga ahora a hablar sobre un grupo que está ya más muerto que la propia muerte? Pues muy sencillo: lo que ocurre es que uno es un sentimental y no deja de recordar siempre con cariño aquella maravillosa juventud, en la que Korn y Life is Peachy representaban el catecismo diario. Eso y sólo eso es lo que le ha llevado a este pusilánime descerebrado a darle al menos una escucha a todos y cada uno de los discos que Korn han ido sacando desde Life is Peachy. ¿El resultado? Para llorar primero y olvidar después...

Sin embargo esta vez había un aliciente que lo cambiaba todo: la vuelta de Ross Robinson a la producción. Vale, es cierto que Korn ya no es Korn, que han pasado muchas cosas, que por el camino salieron “najando” Head y David Silveria. En resumen: que la habitación huele demasiado a podrido. Pero sabiendo que volvía Robinson, el artífice de los dos primeros discazos, ¿cómo no escuchar al menos una vez este nuevo álbum? Tenía que hacerlo.

Lo que me he encontrado es un disco que debería de haber sucedido a Life is Peachy. No en vano se llama Korn III: Remeber Who You Are, pues los mismos componentes de la banda han llegado a confesar que se trata del tercer disco de los verdaderos Korn (¡tendrán morro!). Es cierto que no está a la altura de Life is Peachy ni menos aún del homónimo debut. Parece además (como suele suceder en estos casos) que el grupo se autoplagia en algunos momentos del disco, pero ¿qué queréis a estas alturas y con la casa tan “manga por hombro”? Al menos este nuevo trabajo es verdaderamente digno, algo que no se puede decir de ninguno de sus predecesores desde 1999. ¡Pero, ojo! No exageremos, pues después de tantos años de sinsabores, este disco puede aparecerse como un trabajo mucho mejor de lo que es, cuando no se trata más que del desliz que los fans habrían perdonado a Korn después de Life is Peachy.

Unas baterías estilo Korn de los 90', un Munky especialmente oscuro y agresivo a las guitarras y una voz que nos devuelve al primer John Davis en cuanto a ferocidad y a giros vocales, hacen de Korn III una digna continuación de sus dos primeros discos. Por desgracia, nadie va a quitarle ya de la cabeza a John Davis esa estúpida idea de que puede ser capaz de cantar, así que hay que tragar con ello en casi todos los estribillos, pero al menos es de agradecer que Ross Robinson haya conseguido hacerle gritar después de 13 años. ¡Qué lástima! Si Davis se hubiese dado cuenta antes de lo mal que canta y de lo bien que solía gritar, quizás nos hubiéramos ahorrado 6 discos consecutivos vocalmente patéticos.

En definitiva, que si Diamond Eyes de Deftones ha llegado demasiado tarde, no digamos lo tarde que ha llegado este Korn III: Remeber Who You Are. Casi parece una broma para tocarnos las narices a los que ya peinamos canas. Pero el hecho es que ha llegado lo más parecido al disco que algunos esperábamos desde hace 13 años. Y como dice el refrán “más vale tarde que nunca”. La pregunta es: ¿serás capaz de hacer como yo y prestarte a escucharlo aunque sea una sola vez y no sepas por qué lo haces?


POR WINDIGO

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