domingo, 15 de noviembre de 2009

Tocad, tocad, malditos...


Canciones para salvar tu alma

SOULSAVERS. Sala Ramdall. Madrid. Sábado 14 de Noviembre.

Mientras las selecciones de fútbol de España y Argentina escuchaban sus respectivos himnos en la televisión de una cervecería cercana a la Sala Ramdall, a Mark Lanegan se le podía ver sonreír degustando una cena española junto al resto de los Soulsavers. A unos metros y con una cerveza delante, yo y unos amigos bromeábamos esperando el momento de estrechar la tatuada mano de Lanegan o tal vez hacernos una foto con él. Pero desgraciadamente, la rápida salida del local por parte de la banda y sobretodo la intervención de los camareros, nos dejó - como a otros tantos fans que poblaban el bar- sin poder saludar al ex-vocalista de los míticos Screaming Trees.

Ya en la sala, asistimos con disgusto a la deplorable actuación del telonero. Un hombre aconpañado por una acústica que, interpretando canciones que bien podrían formar parte de la b.s.o de series como O.C o Dawson Crece, torturó durante media hora a un público al que pedía penosamente que le compraran su cd por "ten dollars" ,hasta que por fin alguién le recordó la existencia del euro.

Poco después, en un escenario dominado por la oscuridad los Soulsavers comenzaban a tocar y el gran Lanegan arrancaba la primera ovación con su salida a escena. Manos en el pie de micro y gesto serio acompañaron al de Seattle durante todo un concierto en el que la banda interpretó con un gusto exquisito un repertorio salpicado por el soul, el gospel, el rock o el sonido brixtol.

Acompañados por dos coristas negras, Lanegan y los Soulsavers nos regalaron grandes temas de su anterior album como las oscuras Paper Money y Ghosts of You and Me, la estupenda Jesus of Nothing, la preciosa e imprescindible Kingdoms of Rain o esa sobrecogedora versión de Spiritual. De Broken, su nueva referencia discográfica, sonaron entre otras las "triphoperas" Unbalanced Pieces y Rolling Sky, ese auténtico himno gospel que es All The Way Down y a mi juicio su mejor tema, la genial Some Misunderstanding. Eso sí, entre todas ellas se coló para disfrute general todo un clásico como Hit the City. Aunque, el mejor momento se vivió con la emocionante interpretación de ese temazo con mayúsculas que es Revival, como cierre de un concierto de alta calidad y gran sentimiento pero, todo sea dicho, un poco corto.

En fin, que más se puede decir del privilegio que supone escuchar a Mark Lanegan, sin duda uno de los mejores cantantes del mundo, si no el mejor.


www.myspace.com/soulsavers

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